jueves, 23 de marzo de 2023

24 de Marzo: Día de la memoria, verdad y justicia

     

Biblioclastía: quema de libros durante la dictadura

Para recordar (y no olvidar) esta trágica fecha recordamos un hecho ignorado que ocurrió en Sarandi. Desde la biblioteca hacemos énfasis en recordar esta quema de libros para no volver a esa época oscura de la Argentina.

    En Argentina hace 40 años cuando militares y funcionarios civiles –apenas comenzado el golpe – iniciaron una práctica que se volvió recurrente: quemar libros cuidadosamente seleccionados en grandes fogatas. Como en caso alemán, a la vista de todos.

    En abril de 1976 hubo dos quemas importantes de libros y ambas fueron en Córdoba. La primera se produjo en la escuela secundaria comercial “Manuel Belgrano” el 2 de abril. Ese día el interventor teniente primero Manuel Carmelo Barceló recorrió la biblioteca, seleccionó 19 libro y procedió a quemarlos en el patio a la vista de numerosos alumnos como testigos. La fogata fue acompañada por la posterior desaparición de 12 estudiantes, con decenas de chicos expulsados y varios docentes cesanteados.


    La segunda gran fogata se produjo el 29 de abril. El general Luciano Benjamín Menéndez ordenó la quema colectiva de libros que habían sido secuestrados en bibliotecas, colegios y universidades durante los días previos. El Jefe del Regimiento de Infantería Aerotransportada 14 del Comando del III Cuerpo del Ejército, Jorge Eduardo Gorleri, exhibió ante los presentes la pila de libros confiscada y ordenó quemarlos. Ante los presentes Gorleri afirmó que “a fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas, etc (…) para que con este material se evite continuar engañando a nuestra juventud, sobre el verdadero bien que representan nuestros símbolos nacionales, nuestra familia, nuestra Iglesia, nuestro más tradicional acervo sintetizado en Dios, Patria, Hogar”. Así informó el diario La Voz el día 30 de abril bajo el título “Incineración de literatura marxista”. Algunos de las obras eliminadas pertenecían a García Márquez, Marx, Trotsky, Galeano, Bayer, Perón, Cortázar, Saint-Exupery, Engels, Freud, Sartre, entre muchos otros. 

    La quema de libros se volvió así una práctica recurrente. Se procedía a seleccionar, censurar, secuestrar y quemarlos. Se conocen casos en Entre Ríos, Capital Federal (90 mil libros quemados en Palermo), Rosario (80 mil libros) y, en 1980, se produjo la destrucción de 1 millón y medio de libros y revistas editados por la CEAL (Centro de Estudios de América Latina).

 La biblioclastía fue definida como la compulsión humana por destruir libros. Desde tiempos inmemoriales el hombre ha querido imponer sus ideas a través de la destrucción de aquellas que se contraponían a las propias y los libros han sido objeto de esa “pulsión biblioclástica” durante toda la historia de la humanidad.




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