No solo se escribe con lápiz o lapicera, también se puede escribir con nuestra voz. Y es que escribir no es otra cosa que ordenar un poco las palabras para decir algo.
Cuando esas palabras y ese orden de las palabras, vienen de un grupo, el resultado es un autor colectivo.
Los textos, transcritos por mi en el desarrollo de la actividad, que aquí les presento fueron fruto de esta linda experiencia creativa con el lenguaje y entre compañeros.
Lo que hicimos fue encadenar palabras, como en todo texto. Nuestro procedimiento, una vez más, partió del círculo o ronda en el que nos disponemos para encontrarnos y habitar la biblioteca. Preguntamos quién quería empezar, algún valiente levantó la mano y dio las primeras palabras. La idea era comenzar a construir un relato, y para ello cada uno debía aportar un puñadito de palabras o por lo menos una. De ese texto oral, casi como un escribano, yo iba tomando nota. Cada compañero decía un poco de texto y lo seguía y completaba quien estuviese a su lado. Con cada uno releíamos en voz alta todo lo producido para que vaya tomando cuerpo en nuestra mente. Luego de pensar e imaginar, cada quien aportaba sus palabras. Así dimos "la vuelta al mundo", como decía Javier Villafañe, o "la vuelta a la manzana", como decía Hugo Midón, o ,como decimos nosotros, la vuelta a la ronda.
Estas escrituras no se preocupan tanto por el resultado, porque no es el resultado lo que importa. Lo que buscamos son experiencias: la de que aparezca nuestra voz, nuestra imaginación y que sea escuchada por los demás. También la experiencia sensible de poder crear y contar entre todos; la experiencia lúdica de modificar el sentido de un texto; la experiencia tolerante y expansiva de admitir que la historia escrita entre todos es diferente a la que haría cada uno por su cuenta; la experiencia de ordenar palabras y hechos y, sobre todo, la experiencia de disfrutar con personas y palabras en un tiempo que a veces no tiene timbre de final.
Pero para que no se queden con las ganas, estos son los textos de los primeros:
1A
Hoy Mateo se levantó muy feliz y se hizo
caca. Entonces su mamá lo cambió para ir al parque. Él se hizo pipí y su mamá
lo volvió a cambiar para ir a la escuela.
Por
suerte Mateo ya no quería ir al baño y se fue en auto a comprar las compras.
Compró
poca fruta y volvió a la escuela. Hizo la tarea de matemática y lenguaje y se
fue a comer con la mamá.
Comió y durmió porque al otro día era el cumpleaños. Alquiló un pelotero y después volvió a su casa y durmió muchísimo.
1B
La princesa fue
caminando y una flor mágica apareció y voló. Entonces, de repente, encontró un
príncipe que la convirtió en un corazón feliz. Después le crecieron alas y se
encontró un pueblo. Se convirtió en una princesa y además se encontró con un
mago que hacía magia y muchas preguntas mágicas. El mago hizo un dragón y el
dragón voló. Después hizo magia para que apareciera Blu y también una poción
para que aparecieran sus amigos.
Más tarde encontró la princesa su castillo. Orange salvó a
la princesa y la princesa salió a pasear con el príncipe. Entonces apareció
Palpol y se llevó a la princesa. El príncipe la salvó.
1C
Había una vez una
señora que tenía una caja: tenía papeles escritos y cuadrados para entregar a
unas personas que eran sus amigos y sus amigas.
La señora no tenía idea que un papel estaba mordido: el
perro Estrella había mordido el papel y lo había llevado bajo la cama. Ese
papel era el más importante de todos porque decía a dónde estaba el cofre del
tesoro… Chan, chan, chan, chan.
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